EL TURISMO DIGITAL DEJÓ MÁS DE 1.100 MILLONES DE DÓLARES EN BUENOS AIRES Y GENERÓ MILES DE EMPLEOS

El crecimiento del turismo digital dejó una fuerte huella económica en la Ciudad de Buenos Aires. Según datos de Airbnb, la actividad generada por anfitriones y huéspedes en lo que va de 2024 impulsó un impacto superior a los u$s1.100 millones en la economía porteña, consolidando a la plataforma como un motor clave para el sector.

La información surge de un análisis elaborado por la compañía con el modelo económico IMPLAN, que permite estimar los efectos directos, indirectos e inducidos del gasto turístico. Así, por cada dólar que los visitantes abonaron por su alojamiento a través de la app, se invirtieron alrededor de siete dólares adicionales en restaurantes, transporte, entretenimiento y compras, fortaleciendo múltiples rubros de la economía local.

El informe también revela que esta dinámica respaldó más de 58.000 empleos en la Ciudad de Buenos Aires y generó u$s438 millones en ingresos laborales. El fenómeno se explica por la cadena de valor que se activa a partir de cada reserva: desde el anfitrión que ofrece el alojamiento hasta proveedores de servicios y comercios de barrio.

Además, Airbnb destaca que casi el 50% de los anfitriones en Argentina utilizaron los ingresos obtenidos para cubrir gastos mensuales, lo que muestra cómo el arrendamiento temporal funciona como un complemento importante para la economía familiar.

Uno de los datos más destacados del estudio es que más del 45% del gasto generado por los huéspedes se realizó en los mismos barrios donde se alojaron, promoviendo el desarrollo de zonas que suelen quedar fuera del circuito turístico tradicional. Esto potencia la actividad de almacenes, cafés, taxis y espectáculos locales, distribuyendo mejor los beneficios del turismo en la ciudad.

En promedio, los viajeros que usaron Airbnb en Argentina durante 2024 destinaron cerca de u$s800 adicionales en bienes y servicios, con u$s240 orientados a gastronomía y u$s290 en entretenimiento y compras, según el relevamiento interno de la compañía.

Airbnb, que nació en San Francisco en 2007 con apenas tres huéspedes, se transformó en un fenómeno global con más de 5 millones de anfitriones y 2.000 millones de viajeros recibidos en casi todos los países. En este contexto, Argentina —y en especial la Ciudad de Buenos Aires— exhiben un protagonismo creciente, con un esquema que extiende los beneficios económicos a comunidades más amplias.

De esta forma, el turismo gestionado a través de plataformas digitales no sólo redefine las formas de hospedaje, sino que también estimula el consumo, dinamiza el empleo y canaliza ingresos hacia sectores y regiones que antes quedaban al margen. Un círculo virtuoso que, según el reporte, se afianza año tras año.

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