(Gentileza Roberto Anselmino) La provincia de Buenos Aires se vistió de celeste. El pueblo bonaerense le puso punto final a las ideas y formas del presidente Javier Milei.
En esta gesta electoral, el trabajo territorial de los intendentes resultó tan estratégico como la unidad alcanzada por el peronismo.
Un peronismo que supo interpretar el hartazgo de los bonaerenses, con intendentes que conocen de primera mano el sentir de su gente.
Sólo así se logró darle un baño de realidad a Milei y a su gobierno.
La realidad es contundente al analizar los resultados: “La provincia le dijo basta a la soberbia de Milei, al robo en la agencia de discapacidad, al maltrato de los jubilados, al cierre de fábricas, a la pérdida de pymes, al maltrato, a los insultos, a la intolerancia”.
Hay que subrayar que los intendentes estuvieron estos más de 20 meses conteniendo la crisis social que el mileísmo desató en menos de dos años. Los intendentes se pararon del lado de los que menos tienen. “
“El peronismo demostró así, una vez más, estar del lado del pueblo”.