En pleno corazón del sur de Buenos Aires, entre el asfalto y el abandono, un asentamiento olvidado vuelve a incomodar al poder.
Villa La Veredita no es solo un conflicto urbano: es el espejo de una deuda que atraviesa gestiones y preocupa a instituciones como el Club DAOM y la Federación de Entidades del Parque Almirante Brown (FEPAB)
📌 Una villa sobre la veredaEn la calle Portela, entre Ana María Janer y Riestra, se levanta desde hace más de diez años Villa La Veredita, un asentamiento donde más de 100 familias viven literalmente sobre la vereda.Con construcciones precarias, tendidos eléctricos inseguros y falta de agua y cloacas, la villa se convirtió en símbolo del olvido estructural del sur de la Ciudad de Buenos Aires.
Medios como TN ya en 2016 documentaban cómo los vecinos convivían entre el cordón y el asfalto, mientras que informes sanitarios alertaban sobre riesgos de incendio y enfermedades

📣 Una reunión clave en el Club DAOM: compromiso político y social
El conflicto de Villa La Veredita volvió a escena tras una reunión celebrada en el histórico Club DAOM, donde Jorge Giorno se sentó a dialogar con las autoridades de la institución y de la Federación de Entidades del Parque Almirante Brown (FEPAB).
Lejos de un encuentro protocolar, la cita se transformó en un espacio de trabajo concreto: Giorno escuchó de primera mano la preocupación creciente por la ausencia de respuestas estatales —tanto de gestiones pasadas como de la actual— y por la inacción de la justicia local frente a un asentamiento que desde hace más de una década genera alarma social, sanitaria y urbana.
Consciente de la magnitud del problema, Giorno no se limitó a expresar solidaridad: puso a disposición todo su equipo de trabajo para comenzar a trazar un camino institucional hacia la resolución.
A su lado, el Dr. Marcelo Retamal, encargado de los aspectos jurídicos, delineó las herramientas legales posibles para destrabar un conflicto que lleva años empantanado en cautelares y proyectos inconclusos.
En paralelo, Christian Papisca, responsable de la conducción territorial y estratégica de Giorno, presentó un esquema organizativo para articular con vecinos, autoridades comunales e instituciones barriales, con el fin de garantizar que cada paso tenga respaldo social y territorial.
La reunión cerró con un mensaje claro: no basta con diagnosticar, hay que gestionar. Giorno y su equipo remarcaron que el compromiso es brindar apoyo técnico, legal y político para que, de una vez por todas, se encare un proceso ordenado que devuelva dignidad a las familias de La Veredita y tranquilidad a las instituciones del sur porteño
⚖️ Una deuda que atraviesa gobiernosLos primeros intentos de desalojo parcial datan de 2011, cuando la justicia porteña ordenó liberar la traza ocupada. Sin embargo, los operativos quedaron a mitad de camino y el conflicto se congeló.Años más tarde, legisladores porteños impulsaron proyectos para declarar la emergencia habitacional y ambiental, pero nunca prosperaron.
Hoy, La Veredita sigue allí, transformada en un caso testigo que desnuda la incapacidad de distintos gobiernos para resolver los problemas estructurales de la Comuna 8.

🌐 Lo que vieneCon las elecciones en el horizonte, Villa La Veredita amenaza con convertirse en un eje político incómodo: • Para el oficialismo, porque pone en evidencia una deuda de años. •
Para la oposición, porque puede transformarse en bandera de reclamo. • Para la sociedad civil, porque el sur porteño exige una política pública clara, sostenible y realista.Mientras tanto, las familias siguen viviendo entre el asfalto y el olvido, esperando que esta vez la promesa de “vivienda digna” deje de ser solo discurso.