Las pymes industriales navegan un escenario marcado por tasas altas, inflación en dólares y presión impositiva. Entre la necesidad de anticipar decisiones financieras y la caída de márgenes, sostener la competitividad se vuelve un desafío constante.

“Las tasas de interés son una mayor preocupación que el esquema de flotación”. Así lo aseguró José Luis Ammaturo, Secretario General de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica (CAMIMA), quien expresó su preocupación sobre las medidas del Gobierno para contener el dólar dentro de una banda. Según el empresario metalúrgico, el sector industrial está mucho más afectado por el aumento de las tasas de interés que por el esquema de flotación de la moneda.
“Lo que más nos preocupa es el impacto de las tasas de interés, que se han incrementado para mantener el dólar dentro de la banda”*, manifestó y agregó que “a pesar de que el dólar se maneja –teóricamente- por el mercado, la intervención del Gobierno comprando dólares y subiendo tasas genera más incertidumbre, especialmente en un contexto electoral”, indicó.
En cuanto a la dinámica de la divisa extranjera, Ammaturo destacó que la industria confía en un tipo de cambio libre, argumentando que los precios de los productos industriales han seguido una tendencia a la baja, a pesar de los aumentos en el dólar y la inflación. “Lo hemos demostrado con el índice de precios mayoristas, que refleja una desconexión entre el dólar y nuestros precios, aún cuando los costos de materias primas y componentes están directamente relacionados con el tipo de cambio”, señaló.
Por otro lado, Paula Jankowicz, Gerente de Administración y Finanzas de Mehcco S.A manifestó que la industria enfrenta el dólar en bandas “entre la estabilidad y el alerta” y señaló que el impacto del régimen cambiario está marcado por márgenes ajustados, inflación en dólares y fuerte presión impositiva.
“El desafío para las pymes es presupuestar, financiarse y competir en un escenario donde la estabilidad es relativa y la incertidumbre cambiaria atraviesa a toda la cadena productiva”, expresó Jankowicz.
Desde abril de 2025, el Banco Central permite que el dólar fluctúe entre $1.000 y $1.400 con un ajuste mensual de 1% en los límites. En sus primeros meses, la cotización se mantuvo en la parte baja de la banda gracias a la liquidación de divisas del agro, pero en contexto electoral se acercó al techo impulsado por la volatilidad de las tasas en pesos.
En ese contexto, la ejecutiva explicó que “cada movimiento equivale a decisiones financieras que impactan directamente en la competitividad y la sustentabilidad del negocio”. En Mehcco S.A., las operaciones se realizan tomando como referencia el tipo de cambio del día anterior, lo que obliga a mantener una estrategia de adaptación constante.
En cuanto a la estrategia financiera, Jankowicz señaló que “cuando la tasa en pesos es atractiva, optamos por posicionarnos localmente; cuando las señales devaluatorias se intensifican, buscamos cobertura en dólares”. “No especulamos con el dólar ni con los vencimientos, priorizamos cumplir con los compromisos y preservar el capital”, añadió.
La ejecutiva también advirtió sobre el impacto de la inflación en dólares: “Cuando los precios internacionales aumentan al mismo tiempo que el tipo de cambio, se produce un efecto combinado que incrementa los costos. “Anticipar compras puede mitigar ese impacto, aunque no siempre es posible”, indicó.
Además, remarcó que la competencia en el sector industrial es cada vez más intensa, lo que deriva en una “guerra de precios que ajusta los márgenes al extremo”. En paralelo, las condiciones de pago de los clientes generan un nuevo frente de incertidumbre. “Aunque en general las cobranzas se normalizaron a 30 días, muchos clientes estiran plazos a 60 o 120 y hasta renegocian condiciones inéditas”, añadió.
Por último, Jankowicz subrayó la necesidad de un entorno más previsible. “En Argentina no se puede dormir tranquilo con el dólar, aunque calmos, nunca estamos relajados”, explicó. “Seguimos atentos para adaptarnos, proteger el capital y sostener el empleo, a la espera de reglas de juego más claras y de una presión fiscal, que nos permita desarrollar todo el potencial de la industria, más razonable“.
Por otro lado, desde la Cámara Argentiina de la Industria Ferial (CAIFE) alertan que la inestabilidad cambiaria y la coyuntura económica actual impactan de lleno en la actividad. Si bien las operaciones se realizan a dólar oficial, los precios se actualizan al igual que en la industria metalúrgica y la industria eléctrica, al momento de la compra, según Jaime Usach, Secretario General de la Cámara, este modelo operativo “frena la demanda y complica la planificación de eventos”.
“El problema surge cuando el dólar deja de ser previsible, sobre todo en las cotizaciones de estos eventos que se planifican con tanta anticipación”, explicó Usach.
El sector ferial, aunque poco conocido, tiene un fuerte efecto multiplicador en la economía y el turismo nacional. “Cuando alguien asiste a un congreso o a una feria, participa del evento, se aloja en hoteles, viaja, asiste a restaurantes, teatros, compra regalos; somos una actividad de la cadena económica que derrama en muchas otras áreas”, destacó el Secretario.
Si bien el nivel de actividad se mantiene, la rentabilidad es cada vez más difícil de sostener. “Estamos con aumentos exponenciales, incluso en dólares”, explica Usach quien destaca que “los argentinos sabemos que vivimos en un país muy particular, es por ello que es muy difícil explicarle nuestra economía a alguien que no conoce nuestra coyuntura”.
El dirigente advirtió que muchas compañías del rubro enfrentan un panorama complejo respecto del sostenimiento del empleo. “Como en otras industrias, hay empresas que les dificulta sostenerse, desde CAIFE sentimos que hay menos inversión en la construcción de stands y eso nos perjudica a todos”, afirmó.
“Este esquema de flotación del dólar todavía es nuevo, no lo vivimos nunca en la historia, pero la inestabilidad del valor del dólar nos hace tener poca previsibilidad, como cuando no existía este sistema”, indicó.
Finalmente, expresó que esta industria experimenta “una etapa de meseta” pero que espera que mejore la actividad,“es lo que todos queremos como argentinos”, concluyó.