De las grandes avenidas a las esquinas con alma de barrio
Por: Matías Poczter, Director del Área Comercial de BAIGUN REALTY
La geografía comercial de la Ciudad de Buenos Aires está experimentando una transformación profunda: las históricas arterias del consumo -como Santa Fe, Cabildo o Corrientes- ya no concentran toda la atención de inversores y marcas. Hoy, el mayor dinamismo y potencial se encuentra en nuevos corredores comerciales que emergen en el corazón de los barrios, especialmente en zonas como Villa Urquiza, Villa Devoto, Caballito, Colegiales y Palermo Soho.
Este fenómeno responde a una convergencia de factores: el crecimiento sostenido de desarrollos residenciales, el cambio de hábitos de consumo hacia propuestas más barriales, y el protagonismo creciente de la gastronomía como motor de atracción y movimiento. En este nuevo mapa, las esquinas se convierten en puntos estratégicos, por su visibilidad, versatilidad y capacidad de anclaje comercial, y en definitiva son las más buscadas por los desarrolladores y marcas.
¿Qué buscan las marcas hoy?
Las grandes marcas están volviendo a apostar por locales amplios y bien ubicados, con alto tránsito peatonal y presencia en zonas con fuerte identidad barrial. Se trata de un viraje respecto del período postpandemia, cuando la consigna era achicarse y reducir riesgos. Hoy, la apuesta es a largo plazo y con una lógica más experiencial.
El rubro gastronómico lidera esta reconversión, seguido por propuestas de indumentaria, cafeterías de especialidad, heladerías premium y formatos boutique. También crece la presencia de franquicias que priorizan zonas con buena conectividad y alta densidad poblacional. El efecto dominó suele ser clave: cuando una marca relevante desembarca en una esquina estratégica, el mercado empieza a mirar hacia ese punto, generando así un nuevo polo comercial.
Movilidad urbana y desarrollos residenciales: La consolidación de estos corredores no es casual. En muchos casos, va de la mano de desarrollos residenciales que elevan el poder adquisitivo del entorno y multiplican la demanda de servicios. Zonas como Devoto, Urquiza y Caballito están experimentando una fuerte revalorización, impulsadas por la combinación de edificios modernos, espacios verdes, polos educativos y buena conectividad.
A su vez, el concepto de la “ciudad de 15 minutos” —donde es posible vivir, trabajar, comprar y disfrutar sin grandes desplazamientos— gana terreno entre los porteños, y con él, el auge de propuestas comerciales en entornos peatonales y con identidad barrial.
¿Cómo identificar un polo emergente? Aunque hay una fórmula única, ciertos indicadores ayudan a anticipar dónde puede desarrollarse un nuevo corredor comercial:
- Esquinas con visibilidad y posibilidades de reconversión.
- Presencia de marcas ancla que traccionan al resto del mercado.
- Flujo peatonal y vehicular sostenido.
- Cercanía a espacios públicos y corredores verdes.
- Alta densidad residencial consolidada o en expansión.
- Accesibilidad mediante transporte público
La combinación de estos elementos convierte a ciertas zonas en verdaderos imanes de inversión. En este contexto, apostar por un local bien ubicado vuelve a ser una jugada estratégica.
La experiencia como diferencial: El fenómeno va más allá de lo gastronómico. Hoy, incluso las tiendas de indumentaria o calzado priorizan espacios que permitan una experiencia de compra diferenciada. Prueba activa de productos, interacción, diseño inmersivo: todo forma parte de una nueva lógica comercial, que redefine el rol del local físico. De cara a los próximos años, se espera el ingreso de marcas internacionales con modelos innovadores que podrían cambiar las reglas del juego. La preparación del mercado local será clave para capitalizar esa llegada. Quienes logren consolidar su presencia desde ahora, con visión estratégica y adaptación al nuevo entorno urbano, tendrán una ventaja clara.
Información anticipada, la mejor aliada: En este escenario dinámico, contar con información anticipada —como movimientos de marcas, aperturas o propiedades aún no publicadas— se vuelve un diferencial crucial. Firmas especializadas con fuerte presencia local y acceso a datos off-market son aliadas clave para detectar oportunidades antes que el resto. Porque en este nuevo mapa comercial de Buenos Aires, la esquina del barrio puede ser, más que nunca, el centro de todo.
