Carolina Herrera Primavera/Verano


Carolina Herrera presenta la colección Primavera/ Verano 2026 con un desfile en el corazón de Madrid, en la emblemática Plaza Mayor. Es la primera vez que la firma muestra una colección principal fuera de Nueva York y supone la tercera presentación internacional en sus 44 años de historia. Inspirada en un encuentro entre el Siglo de Oro madrileño y el espíritu irreverente de la Movida de los años ochenta —la misma década en la que nació la casa—, la propuesta enlaza pasado y presente en una reivindicación de la feminidad proyectada hacia el futuro.“Madrid siempre ha sido una de mis ciudades favoritas en el mundo, rica en historia, arte y cultura. Es el hogar de creadores excepcionales que tienen una mirada única hacia la belleza y la alegría”, afirma Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera. “Hay algo en el ritmo de esta ciudad —su apetito por la vida— que me inspira, me da energía y conecta profundamente con la mujer Herrera”.La paleta cromática explora la tensión entre la audacia y el romanticismo: desde el calor del azafrán hasta el rojo Herrera, el Rioja profundo, un rosa eléctrico, el lila violeta, el blanco puro y el negro gráfico. Algunas combinaciones evocan también las yuxtaposiciones inesperadas de estampados y colores del universo de Pedro Almodóvar.En el centro de la colección florecen tres motivos florales: el clavel, emblema de Madrid, se borda en hilos y jacquards; la violeta, en referencia a los célebres caramelos de la ciudad, aparece en delicados bordados tridimensionales; y la rosa del Retiro, cultivada en la histórica Rosaleda del parque, símbolo de la transformación del patrimonio cortesano en un espacio público.

Las texturas conectan referencias históricas con la construcción contemporánea: un jacquard de clavel dorado evoca los brocados; la lana a cuadros remite al empedrado de la Plaza Mayor en negro y azafrán; encajes ligeros pero firmes recuerdan las mantillas y toldos de la plaza; y bordados de rejilla de lúrex evocan celosías. Los lunares —código Herrera— reaparecen en nuevas siluetas, vestidos con volantes y prendas de día de líneas escultóricas.

La colección rinde tributo a mujeres como Paloma Picasso o Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, figuras que encarnan una mezcla de dramatismo y modernidad. La sastrería de Herrera se despliega en formas trapecio, estructuras de cadera que evocan la montera de los toreros y pantalones entallados que recuerdan al pantalón goyesco. Las mangas, sello de la casa, se inspiran en las chulapas: hombros marcados, cinturas ceñidas y faldas con volantes reinterpretadas en clave Herrera.Los bolsos se presentan con un enfoque minimalista, concebidos no como accesorios, sino como parte esencial de la silueta Herrera. Tres nuevos modelos destacan: el bolso Mimi, un clutch rígido de piel con cierre inspirado en los lunares de la firma; el Pía, de piel flexible con borlas sobredimensionadas y asa de cadena; y el Lola, un clutch estilizado en piel pulida o satén, de silueta redondeada, cierre de esferas y cadena fina para mayor versatilidad.

El desfile se enriquece además con colaboraciones que homenajean la artesanía española y conectan generaciones. Sybilla aporta su reconocida sensibilidad vanguardista en diálogo con el ADN de Herrera; PALOMO reinterpreta la clásica camisa blanca; ANDRESGALLARDO traduce en porcelana artesanal el icónico clavel madrileño; Levens explora el vidrio modelado al fuego y lo convierte en un lenguaje de formas orgánicas, y Seseña, símbolo de la elegancia madrileña, recupera capas históricas que en su día vistieron Carolina y Reinaldo Herrera.
La colección se define como una carta de amor a Madrid: ciudad de contrastes, precisión, audacia y belleza, vista a través del prisma caleidoscópico de Carolina Herrera.Las colaboracionesEl director creativo Wes Gordon colaboró con la legendariadiseñadora madrileña Sybilla en la creación de piezas únicas que combinan su inconfundible estilo escultórico y sensual con las siluetas icónicas de Herrera. Gracias al característico“hilo invisible” de Sybilla y a su particular manera de patronar, las piezas adquieren una dimensión arquitectónica en un diálogo entre dos lenguajes de diseño: la sastrería nítida de Herrera y la geometría poética de Sybilla. Fundada por Alejandro Gómez Palomo, PALOMO se distingue por sus referencias teatrales a la historia con un giro contemporáneo y provocador. La firma española aporta reinterpretaciones de la emblemática camisa blanca de Herrera. En un intercambio creativo con Wes Gordon, las piezas incorporan cuellos con volantes dramáticos, mangas poéticas y guiños a la sastrería vintage, transformando un clásico de la casa en nuevas versiones. Cada camisa se convierte así en un diálogo entre pasado y presente: el romanticismo grandilocuente de Palomo frente a las líneas depuradas de Herrera.

El estudio madrileño de joyería ANDRESGALLARDO, reconocido por su artesanía en porcelana y su irreverencia contemporánea, ha creado piezas exclusivas para esta colección. Inspiradas en el clavel —flor emblemática de Madrid—, las joyas transforman este motivo en símbolo de belleza y fortaleza. En la ciudad, los claveles rojos son más que adornos: hablan de pertenencia y celebración, prendidos en el pelo de las chulapas y en los ojales de los chulapos durante las fiestas de San Isidro. Andrés Gallardo y Marina Casal elevan este emblema a obra portable: delicados claveles de porcelana hechos a mano que florecen como broches, colgantes y pendientes.Levens, la firma de joyería en vidrio fundada por la artista Mar del Hoyo, se distingue por piezas coloristas de carácter artesanal. La colaboración con Carolina Herrera se materializa en joyas de vidrio de formas orgánicas que adornan varios looks de pasarela. Cada creación es única y reivindica la belleza de la imperfección. Pétalos translúcidos, gotas y siluetas escultóricas de cristal captan la luz madrileña en la Plaza Mayor. El resultado es moderno y a la vez emocional: un homenaje al antiguo arte ibérico del vidrio trabajado en clave contemporánea.Casa Seseña, histórico taller madrileño fundado en 1901 y gestionado ya por la cuarta generación de la familia con Marcos Seseña a la cabeza, ha vestido a figuras que van de Alfonso XIII a Pablo Picasso o Ernest Hemingway, así como a Carolina y Reinaldo Herrera —fotografiado en 1977 por Robert Mapplethorpe envuelto en una de sus capas—. Algunas de sus piezas desfilan en esta colección como homenaje al dandismo y al estilo impecable de Reinaldo Herrera.