
Tiempo de lectura 2 minutos. Desarrollo original del artículo: Lic Horacio N Suppa – Managing Director en Framers. Consultor especializado en temas de salud
La maraña burocrática de nuestro sistema de salud es una de esas estructuras del estado que da forma a una especial manera de conservar autonomía, poder de decisión… y cajas, porque la salud es una competencia de las provincias no delegada a la nación (así está escrito en nuestra Constitución). En Argentina, hablar de “integrar el sistema de salud” ya suena a consigna repetida. Pero vale la pena volver a preguntar:
¿Por qué seguimos sosteniendo un modelo burocrático, fragmentado, ineficiente y desigual, de hospitales que deberían complementarse y poder trabajar juntos?
La respuesta es incomoda, pero es clara: porque hay muchos que se han beneficiado y siguen beneficiándose con este modelo, con lo que ya existe hace décadas. Y mientras eso no se diga, el debate seguirá girando en círculos. La burocracia, la Fragmentación, los espacios de poder y los privilegios que nadie quiere soltar en todo el sistema, los municipios, las provincias y nación.
La salud no falla porque sí: la ahoga la burocracia con su entramado de corrupción.
La fragmentación no es un accidente.
Es una forma de conservar autonomía, burocracias, poder de decisión… y cajas.
“Cada cual atiende su juego” (municipio, provincia o nación) cada uno administra su propio territorio y lo defiende como si fuera una propiedad. Y muchas veces, lo es.
Algunos hospitales nacionales, provinciales y municipales, por ejemplo, son parte del tejido político local (argumentan que la salud es una competencia de las provincias no delegada a la nación como está escrito en nuestra Constitución), existen para sostener lealtades, manejar recursos o nombrar cargos y también se mezclan funciones genuinas de representación con estructuras poco transparentes, atadas a lógicas que no priorizan ni la eficiencia ni al paciente, solo hay que mantener el casillero cubierto.
Y en el medio de todo eso está la gente, está el Paciente.
El que vive en una provincia con menos recursos, tiene menos acceso a la salud
El que no sabe a quién reclamar, queda atrapado en esta burocracia. Es un sistema que multiplica instituciones, pero no multiplica derechos. Con ciertos gobiernos se han multiplicado edificios (hospitales) sin un plan maestro con objetivo claros a largo plazo y sin pensar en la sostenibilidad financiera de los proyectos. Se reparten recursos sin mirar resultados. “Y se gasta mucho y mal”.
Una integración del sistema de salud no se construye solo con buenas intenciones, requiere decisiones políticas, incómodas, cesión de espacios, transparencia y una mirada de país.
- ¿Queremos seguir defendiendo cajas o empezar a garantizar derechos?
- ¿Queremos que el acceso a la salud dependa del azar del empleo o del lugar de residencia?
- ¿Queremos seguir justificando lo que no funciona o empezar a diseñar un sistema que tenga sentido?
En salud, lo que no se integra se fragmenta para sostener privilegios, se convierte en injusticia para los demás (porque eso implicaría resignar poder).
Tal vez ya sea hora que los sub-sistemas (público, privado y seguridad social) dejen de pensar en “mi parte” y empezar a construir un verdadero todo.
Fin del artículo
One thought on “La maraña burocrática, el enemigo silencioso de la salud”
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