Artículo desarrollado por Lcdo. Horacio N Suppa – Managing Director en Framers.
Consultor de empresas especializado en temas del sector salud.
¿Se puede ejercer el poder con Imposición?
Sí, se puede. Y se puede ejercer gritando a la gente, pero tiene un alto costo para la salud en las empresas. Ejercer la autoridad generando miedo, te paraliza!
El poder en las organizaciones puede ejercerse de manera impositiva, es decir, a través de la coerción, el miedo o la obediencia forzada. Y muchas veces eso ocurre, pero, esa forma de ejercer poder suele ser :
- Frágil, porque depende del control constante.
- Ineficiente, porque genera obediencia sin compromiso.
- Corto plazo, porque bloquea la creatividad, el pensamiento crítico y la innovación.
- Tóxica, porque genera climas laborales tensos, rotación de personal y desmotivación.
En el mundo corporativo, tener un cargo no es lo mismo que tener poder. Y ejercer poder no es lo mismo que liderar.
Muchas veces, confundimos autoridad con dominación y respeto con miedo. En realidad, el poder puede ejercerse de muchas formas, pero no todas construyen. Algunas, incluso, desgastan a quien lo detenta y a quienes lo rodean.
El jefe que grita e impone
Imaginemos un Gerente que recién ascendido decide ejercer el mando con dureza: Veamos a modo de ejemplo algunas de sus primeras acciones:
• Control extremo del horario. Reuniones tensas, tono elevado. Cero margen para disentir. Publicación de rankings internos que humillan a los que “no rinden”, etc
¿El resultado?
Obediencia forzada, clima tóxico, desmotivación creciente. En tres meses se van dos de los mejores empleados. Y aunque nadie se anima a contradecirlo, nadie lo sigue por convicción.
Moraleja, Tiene el cargo, pero no tiene liderazgo. Su poder depende del miedo… y eso no dura.
¿Qué tipo de poder estamos cultivando?
El poder que grita que se sostiene en la imposición ó El poder que transforma que se basa en la legitimidad?
Uno necesita recordarse todo el tiempo que tiene autoridad. El otro no lo necesita: la ejerce con coherencia, y se nota.
Como consultor en salud y ex gerente de equipos, he visto muchas veces esta diferencia. Y sigo creyendo que el liderazgo más duradero es el que no se impone, se construye.
Fin del artículo